viernes, 1 de noviembre de 2013

Edad Media I



En este apartado se hablará del primer gran periodo de Alicante en la Edad Media, es decir, del periodo musulmán. También voy a mostrar una de las leyendas míticas de Alicante, la de La cara del Moro.

Época musulmana: 

A partir del año 718 d.C. la ciudad cae en manos de la población islámica, controlada por Al-Ándalus y será cuando pase a llamarse Al-Laqant, nombre que evolucionará en Alacant/Alicante, tal y como hoy la conocemos. Primeramente había pertenecido al Califato de Córdoba y tras su desaparición lo hizo a las Taifas de Denia y Almería (restos arqueológicos así lo confirman).

La época musulmana ha influido notablemente, como en casi toda la península, a la ciudad. No sólo ha heredado el nombre. Parte de la flora del entorno, como la palmera, tan característica actualmente en Alicante, es del origen que los musulmanes nos dejaron.

Será sobre el 1248, cuando el período musulmán toque a su fin, con la conquista de los cristianos.

La leyenda de La cara del Moro:

Son muchas las veces que se ha oído que desde muchos puntos de Alicante, mirando al Castillo de Santa Bárbara, puedes ver una cara en el monte Benacantil y que ésta es la cara de un moro. Pues bien, hay una historia de por qué esa cara y también de por qué el nombre de Al-Laqant (Alacant/Alicante) a esta ciudad. A continuación citaré una versión resumida de la leyenda:

Cuenta la leyenda que el Califa de Alicante quiso casar a su preciosa hija Cántara con uno de los dos jóvenes musulmanes que estaban locamente enamorados de ella. Para escoger a uno de ellos el Califa tomó la decisión de que cada uno hiciera una tarea concreta, y Alá decidiría. Uno, Almanzor, tenía que ir hasta las Indias a traer especias raras a su amada. El otro, Alí, tenía que cavar una acequia para traer a su amada el agua verde de Tibi hasta Alicante. Se cuenta que Almanzor puso mucho empeño en su labor, mientras Alí se dedicó a escribir poemas a Cántara y a predicar su belleza, por lo que esta se enamoró de Alí. Cuando Almanzor volvió de su aventura el Califa le concedió la mano de su hija. Alí, desesperado, se suicidó lanzándose por un barranco. Cántara optó por la misma acción. El Califa murió de tristeza y, sorprendentemente, su efigie apareció grabada en el monte Benacantil. La corte, impresionada, decidió llamar a la ciudad “Alicántara”, de donde viene el nombre actual de Alicante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario